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Antonio José Torrealba fue un gran conocedor del llano apureño, escritor y poeta, Nació en Cunaviche el día de San Antonio Abad, es decir: el 17 de enero de 1883. nació en San Miguel de Cunaviche el 17 de enero de 1883. Día de San Antonio Abad. "Era hijo -según consta en el Acta Nº 12 del Libro de Nacimientos del Municipio Cunaviche de ese año- de Antonio José Torrealba, «de profesión criador» y de Josefa Vinicia Osto, hija de una india otomaca y de Manuel Solórzano"¹. 

Se dice que su madre murió muy joven, dejando al niño de apenas un año de edad, y cuentan que fue amamantado con leche de yegua, circunstancia por la cual siempre consideró a los caballos como sus hermanos. Tuvo fama de ser buen jinete, coleador, enlazador, cantador y maraquero. Dominó perfectamente las lenguas otomaca y Yarura.

En 1927 trabajó como Caporal en el Hato La Candelaria - en el Paso Arauca-- y es allí donde conoció a Don Rómulo Gallegos cuando en la Semana Santa de dicho año el afamado escritor visitó la llanura apureña invitado por el joven José Félix Barbarito, estudiante apureño residenciado en Caracas.

Torrealba, en largas conversaciones con Gallegos le transmitió sus experiencias y conocimientos del llano, sus costumbres, tradiciones y leyendas.

Rómulo Gallegos en su A manera de Prólogo: cuenta lo siguiente de Antonio Torrealba:

"En el hato de La Candelaria de Arauca, conoci también a Antonio Torre- alba, caporal de sabana de dicho fundo —que es el Antonio Sandoval de mi novela— y de su boca recogí preciosa documentación que utilicé tanto en Doña Barbara como en Cantaclaro. Ya tampoco existe y a su memoria le rindo homenaje por la valiosa colaboración que me prestó su conocimiento de la vida ruda y fuerte del Ilanero venezolano"².



Tuvo gran pasión por la lectura y le gustaba escribir sus vivencias en cuadernos. Aparentemente, hizo entrega de los diez primeros de estos cuadernos a Gallegos. Según el filólogo, lingüista e investigador apureño Edgar Colmenares del Valle, de las conversaciones con Torrealba y los cuadernos recibidos nació la novela “Doña Bárbara”, publicada dos años después de la entrevista.

Luego del éxito de Doña Bárbara, Torrealba continuó escribiendo hasta llenar cuarenta cuadernos, a los que tituló “El Diario de un Llanero”, donde plasmó el acontecer de su vida y del llano mismo de una forma natural y vivencial. Estos originales fueron organizados, estudiados, analizados y editados por Colmenares del Valle y publicados en 1987 por la U.C.V. y la Gobernación del Estado Apure.

Otra obra suya es “Azabache”, una historia referida a su caballo.

Colmenare del Valle cuenta que Antonio José murió "el 14 de julio de 1949 y no el 14 de junio de 1948 como, erróneamente, se afirma. (Cfr. Subero, 1979 y Botello, 1979). Según el acta de defunción -la número 121 del Distrito San Fernando del año 49- para el momento de su muerte, Torrealba era «empleado público» y murió como consecuencia de una «diabetes congénita»".

NOTAS:

¹ Edgard Colmenares del Valle. Presencia de Antonio José Torrealba en Doña Bárbara y Cantaclaro. https://www.cervantesvirtual.com/s3/BVMC_OBRAS/ff6/007/108/2b1/11d/fac/c70/021/85c/e60/64/mimes/ff600710-82b1-11df-acc7-002185ce6064_12.html

² Rómulo Gallegos, A manera de Prólogo Doña Bárbara, volumen XVIII de la Biblioteca Ayacucho. pág 5.

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Manuel Ortega López
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LINACHE Y DOS-REALES DOS OTOMACOS CUNAVICHEROS

 

El general José Antonio Páez, "La primera lanza del mundo", como lo llamó el Libertador Simón Bolívar, ya anciano en la ciudad de Nueva York, tomó la pluma y el tintero para escribir los hechos portentosos y actos trascendentales de su vida pública.

En el "Capítulo IX" de su Autobiografía, el anciano general, al narrar cómo con el batallón Páez y alguna caballería, llegó a la plaza de San Fernando de Apure y la atacó vigorosamente dando vivas a Bolívar y a las tropas de Guayana con el objeto de llamar la atención de Morillo sobre Calabozo y hacerle abandonar la campaña de Apure, en una nota al pie de página cuenta lo siguiente:

"Llevaba yo además trescientos indios de Cunabiche, al mando de uno de ellos, llamado Linache, a quien di el grado de general de sus compañeros. Antes de dar el simulado ataque a la plaza y conociendo lo que se acobardan los indios al oír silbar las balas, repartí entre ellos sendas raciones de aguardiente y tal ánimo los hizo cobrar esta bebida que, sangrándose la lengua con las puntas de sus flechas, se bañaban el rostro con la sangre que salía de la herida: se lanzaron llenos del mayor denuedo contra las trincheras enemigas. Uno de los capitanes de mis indios, llamado Dos-Reales, se lanzó a frente de los suyos contra la trinchera, y sobre ella fue muerto a machetazos".¹

Se deduce que los mencionados indígenas eran otomacos, por la práctica de traspasarse la lengua con las puntas de sus flechas y "se bañaban el rostro con la sangre que salía de la herida"; ya que era costumbre de este grupo antes de ciertos actos, como entrar en la guerra, trabajar la agricultura, o durante el parto de sus mujeres, traspasarse la lengua con la púa del pez raya y untarse la cara y el cuerpo con la sangre que les brotaba de la herida.


LOS INDIOS DE CUNAVICHE EN 1816

Aunque esta es la única vez que el general Páez menciona al general Linache y al capitán Dos-Reales podemos decir que ellos eran unos de los indios de Cunaviche que a finales de 1816 pidieron la muerte del coronel realista Francisco López, "cuando se anunciaba su canje por prisioneros patriotas".²

(A López se le encontró culpable de complicidad en diversos crímenes de Morillo y murió "al primer golpe de sable que le descargó el lancero Camejo, de sobrenombre Negro Primero"³).


DOS-REALES

Aunque no está consignado en la historia el porqué al capitán indígena que se lanzó al frente de los suyos contra "la trinchera, y sobre ella fue muerto a machetazos", era llamado Dos-Reales; creo que le daban ese sobrenombre porque posiblemente pedía "dos reales".


¿CÓMO MURIÓ LINACHE?

Con el general Linache pasó una de dos: o murió en un combate como el capitán Dos-Reales, o salió con vida de la Guerra Magna y murió en su Cunaviche natal. Sea cual sea la opción, Linache murió en el olvido como otros tantos soldados que lucharon con valentía y coraje para lograr la independencia de Venezuela del dominio del imperio español. 


NOTAS:

¹ Autobiografía del general José Antonio Páez, tomo primero, Colección Bicentenario Carabobo, Caracas, Venezuela, junio de 2021. Pág. 176.

² Miguel Acosta Saignes. Bolívar. Acción y utopía del hombre de las dificultades. Caracas, Venezuela, mayo de 2021. pág. 218 

³ Jose Felix Blanco. Bosquejo histórico de la Revolución de Venezuela. Biblioteca de la Academia Nacional de la Historia. Sesquicentenario de la Independencia Caracas-Venezuela 1960. Pág. 241. 


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Manuel Ortega López

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LA INDIA MARÍA LAYA


1: BAILADORA DE JOROPO NATIVA DE GUACHARA 

Al son del arpa, cuatro y maracas, desde la época colonial en las fiestas venezolanas, se acostumbra a realizar el baile de joropo, baile tradicional de Venezuela.

Una de las mujeres apureñas que desde su niñez se destacó en este baile denominado «Xoropo escobillao», en tiempos de la Capitanía General de Venezuela, fue María Dolores, conocida como La India María Laya, nacida de la unión de Juan Marcelino Laya y Rosalía Medina de Laya, el día 11 de abril de 1902, en Guachara, municipio Achaguas.


2: UNA CANCIÓN CON SU NOMBRE

En 1917, cuando tenía 15 años de edad, conoce al joven arpista de 18 años llamado Ignacio Ventura Figueredo, conocido artísticamente como el Indio Figueredo, que empezó a tocar arpa a los 11 años en San Juan de Payara. El Indio Figueredo le compuso la música al tema de Mariano Hurtado Rondón titulado: "María Laya" y, por la innata belleza de María Dolores, le dedicó este pasaje que lleva su nombre.

Este pasaje, que muchos le atribuyeron en letra y música al Indio Figueredo, fue llevado al mundo del disco en la voz de connotados intérpretes nacionales e internacionales.


3: SU ÚNICO HIJO

María Laya solamente tuvo un hijo llamado Pedro Marcelino Laya, nacido en 1919, “natural y vecino de este municipio", hoy parroquia Queseras del Medio del municipio Achaguas. Se cuenta que el padre Pedro Marcelino era Adriano Peña Calzadilla, "hijo del dueño del hato La Concepción, cerca de Guasimal".¹


4: HIJA ADOPTIVA DE SAN JUAN DE PAYARA

En uno de esos bailes de arpa, cuatro y maraca, la diestra bailadora conoce a Jesús Tirado Camejo, nacido en San Juan de Payara, "el día veinte de abril del año mil novecientos once [...] Hijo legítimo de Luis Felipe Tirado y Tibursia Camejo de Tirado".² Este hombre, 9 años menor que ella, logró conquistarla y llevársela a vivir al final de la calle Sucre de la tierra del Negro Primero. (En el amor no hay edad y una mujer mayor se puede enamorar de un hombre menor que una mujer y viceversa).

El 25 de enero del año 1985, se presentó con Jesús Tirado en el despacho de la prefectura del para entonces Distrito Pedro Camejo, "con el fin de regularizar la unión concubinaria en que han vivido" contrayendo matrimonio civil.

Al año siguiente de su matrimonio, el 16 de septiembre, falleció su marido en el Hospital Pablo Acosta Ortiz de San Fernando de Apure.

Por los muchos años vividos en este pueblo, se le concedió ser considerada hija adoptiva de este pueblo que vio nacer al Negro Primero, a la Bizarra Juan Andrea Solórzano y a José Vicente Abreu.


5: ANÉCDOTAS

(Algunas personas que conocieron a la India María Laya, la anécdota que más cuentan de ella es que ella tenía una mirada fuerte que causaba mal de ojo en los niños; por esta razón, las madres siempre les escondían a los pequeños de la casa).

(Cuentan que María Laya cocinaba una arepa pequeña con un huevo frito y los partía en dos, una mitad para ella y la otra para su marido, y cuando don Jesús le decía que había quedado con hambre, ella le decía: "Chuito, estás demasiado glotón").


6: SU MUERTE

Ya muy anciana, la India María Laya fue trasladada al asilo de ancianos de Biruaca, en donde murió a la edad de 88 años.


7: MONUMENTO EN SU HONOR

En el año 2009, bajo la administración de Pedro Danilo Leal, alcalde del municipio Pedro Camejo, en contrato celebrado con la empresa "Construcciones Artísticas C.A.". Por un monto de 86.500,00, en San Juan de Payara, tierra adoptiva de la India María Laya, se construyó el monumento, en el que se observa la escultura realizada por Wascar Jaspe que representa a la India María Laya en posición erguida y exhibiendo el vestuario típico llanero usado en la época.


NOTAS:

¹ Acta de diez (10) del 14 de abril de 1940, "del municipio Queseras del Medio" del matrimonio de Pedro Marcelino Laya con María Leonor Narváez.


² Acata número tres (03) del 25 de enero de 1985, del Distrito Pedro Camejo, municipio San Juan de Payara, del Matrimonio de Jesús Tirado Camejo con María Dolores Laya Medina.


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Manuel Ortega López

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PAYARA: PEZ, RÍO Y PUEBLO

Pez de agua dulce que posee dos colmillos extremadamente largos y afilados, que pueden medir hasta 15 cm. Río caudaloso del estado Apure. Pueblo del estado ubicado a una legua del dicho rio. Según Lisandro Alvarado, Payara en la lengua caribe es: "Padára"¹


PEZ


Pez de agua dulce, cuyo nombre cientifico es Hydrolycus scomberoides, que el biólogo y pescador extremo Jeremy Wade dice que es pariente de la piraña. Y cuenta que  los "colmillos descomunales los usan para pinchar la bolsa natatoria de la presa como una manera de desequilibrarla. El pez se come al pequeño y vean estos colmillos descomunales, los usan para pinchar la bolsa natatoria de la presa, el pez pequeño queda entonces fuera de control empieza a chapotear cerca de la superficie y la payara ataca y lo devora. los colmillos son tan largos que calzan en agujeros de la mandíbula superior ya que de otro modo no podrá cerrar la boca, es un ejemplo de la maravillosa ingeniería de la evolución que no siempre logramos observar este ejemplar semejante a un vampiro".²

El padre Joseph Gumilla, en el Orinoco Ilustrado describe a la payara como uno "de los peces mas hermosos de aquellos rios, y de buen sabor. Algunos llegan á crecer tanto, que pesan veinte y cinco y mas libras; pero por grandes que sean , dan unos brincos de mas de una vara fuera del agua; y si alguno de los que van en canoa trae jubón, ceñidor, ó ropa colorada en el cuerpo, da la payara el salto, pégale un mordiscon, y queda colgando de la ropa que mordió"³.


RÍO 

Es un río del estado Apure que se origina en el brazo de aguas Apure-Seco, algo más arriba de la población de Achaguas. En su curso aumenta su caudal con el tributo del caño Turumba y el río La Piedra, que habiendo salido del mismo Payara a él vuelve con el aporte de grandes esteros y caños diversos. También recibe nuevo aporte del Apurito o Apure-Seco por medio del brazo de Tronador. Por medio de La Chorrerosa, recibe las aguas del Atamaica para continuar por El Bruscal hasta unirse con el brazo de Arichunita.

Su curso es de 240 kilómetros. "Es navegable en invierno desde su desembocadura en el Orinoco, en el lugar llamado Boca de Arichunita, por buques de vapor, de velas y de remos, siguiendo la vía de El Bruscal, Cuero de Tigre, La Chorrerosa y Atamaica hasta salir al río Arauca. O subiendo por las mismas aguas para salir por el brazo de Arichunita al río Apure, a cosa de un kilómetro, o menos, de la población de Arichuna".⁴


PUEBLO

A principios del año 1769, un joven fraile capuchino llamado Alonso de Castro, con 547 indígenas dio principio a fundar el pueblo de la Purísima Concepción "en el sitio de Payara, denominación de este río"⁵ (en dónde hoy es Paso Real de Payara).

Cuando el padre Alonso de Castro fundo el pueblo había fundado y fabricado una Iglesia de treinta y dos varas en invierno crecieron los ríos y se inundó el pueblo, las aguas subieron hasta la Iglesia cerca de una vara, por esta razón el fraile fundador con los indígenas se retiro a una legua del río a un alto médano ubicado al norte del Río Cotayo, en donde fundó el pueblo de San Juan llamado así porque allí había un hato llamado “San Juan”,⁶ que se trasladó a otra parte.

NOTAS:

¹ Lisandro Alvarado. Glosario de voces indígenas de Venezuela. Colección Bicentenario Carabo 2021. Pág 304.

² Jeremy Wade biólogo y pescador extremo. Serie de Televisión Monstruos de Río Pirañas: La pesadilla de Río (T1 E01).

³ Padre Joseph Gumilla. Historia natural, civil y geográfica de las naciones situadas en las riveras del rio Orinoco. Imprenta de Carlos Gibert y Tutó. Barcelona 1791. T II. Pág 212.

⁴ Carlos M. Laya Del Apure Histórico/ ediciones de la presidencia de la República/ Caracas, 1979. Pág 401

⁵ Padre Buenaventura de Carrocera. Misión de los Capuchinos en los llanos de Caracas. Academia Nacional de la Historia Caracas -1972 T. III. Pág 168

⁶ Obispo Mariano Martí. Documentos relativos a su visita Pastoral  de la Diócesis de Caracas  1771-1784 . Academia Nacional de la Historia Caracas -1969. T  II . Pág 108


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CUNAVICHE: RÍO Y PUEBLO


Es un Río que corre por los llanos del Apure y Pueblos situado «al norte del rio». Aunque el origen y significado de la palabra se desconoce, se cree que sea una palabra de origen indígena.

RÍO

Lo forman grandes esteros o rebalsas en la estación lluviosa además de los desparrames del Arauca.  "Dichas aguas se encauzan aproximadamente en el meridiano del antiguo pueblo de Ricón Hodo" y corren por al naciente hasta desbocar  en el Arauca.

"Su curso no excede de 300 kilómetros, navegables en parte y navegados, y en otras, obstaculizados por grandes carameras y arboledas vivas en medio de su cauce".

PUEBLO:


Por un brazo llamado El Rodeo tiene otra comunicación con el Arauca; y sobre su margen izquierda se encuentra EL PUEBLO DE CUNAVICHE, que  fue fundado con el nombre San José de Leonisa por Fray Juan Bautista de Málaga, con más de 700 indios gentiles de nación Otomacos”, aun cuando en algún momento lo acompañaron los yaruros (Pume).

Este pueblo fue la primera misión fundada en territorio de Apure por los misioneros capuchinos andaluces.

Fray Buenaventura de Carrocera, en su obra Misión de los Capuchinos en los Llanos de Caracas, cuenta que el Pueblo fue  fundado por primera vez 1767, y la segunda en 1770, siendo en ambas ocasiones destruidas por los indígenas, hasta que en 1777 quedó establecido definitivamente.

El Obispo Mariano Martí, nacido en España en 1721, doctor en Derecho Civil y  Eclesiástico, presidió la Diócesis de Caracas desde 1770 hasta el año de su muerte, ocurrida en Caracas en 1792. Entre 1772 y 1784 visitó todo el país, inspeccionando personalmente las iglesias parroquiales, capillas, oratorios y conventos en las ciudades, villas, pueblos, lugares, doctrinas, misiones y haciendas de Tierra Firme.

La larga visita del obispo fue registrada en innumerables folios. Mariano Martí fue meticuloso y prolijo como un naturalista, como un Humboldt que se paseara por la   Venezuela del siglo XVIII.

El día 3 de febrero de 1780, el obispo andariego  salió del pueblo San Juan de Payara “y, habiendo andado diez leguas, llegó a éste de Cunaviche” y al siguiente realizar la Visita Pastoral y viendo e libro de bautismo anotó en su Libro Personal: “Ahunque el libro formal de bautismo, que es el más antiguo de los libros parroquiales empieza el 15 de febrero de 1777, pero tiene insertas las partidas de bautismos desde el principio de esta missión, y comienzan el 23 de abril de 1767”.

La iglesia de dicho pueblo estaba dedicada a San José de Leonisa; Su fábrica hacía “figura de tres naves distinguidas con algunas columnas de madera; las paredes son de bajareque doble, y el techo de varas y cañas cubierto de palma; es de mediana capacidad y aunque nuevo no ofrece mucha duración. Tiene un pórtico y sacristía de semejantes materiales, y un solo altar en que está colocada la imagen del Santo Titular”

El 27 mayo 1811 cuando fueron elevadas a la categoría de parroquia San Fernando de Apure, Santa Bárbara de Achaguas todavía se menciona al pueblo de misión de Cunaviche con el nombre “de San José de Leonisa”.

El 12 de octubre del año 1812, en un documento inédito suscrito por el párroco misionero de Achaguas  Fray José Caviedez, dice que “algunos pueblos de esta comarca del Apure, aun no an sido elevaos a  parroquias civil ni eclesiatica. Entre estos se cuentan: Rincon Hondo, San Miguel de Cunaviche, Bco, Largo i Sn, Juan de Pallara”. 

Por este documento inédito clasificado en la carpeta C-3 del Archivo Municipal de Nutrias, perteneciente a la Alcaldía de este municipio, podemos decir que este pueblo se pasó a llamar San Miguel de Cunaviche en el año de 1812.


OBRAS CONSULTADAS

Carlos M. Laya Del Apure Histórico/ ediciones de la presidencia de la República/ Caracas, 1979.

Obispo Mariano Martí. Documentos relativos a su visita Pastoral de la Diócesis de Caracas 1771-1784 . Academia Nacional de la Historia Caracas -1969. T II .

Oldman Botello. Cunaviche Apuntes para su historia. Alcaldía del municipio Pedro Camejo, San Juan de Payara / 1998.

P. Baltazar de Lodares. Los Franciscanos Capuchinos en Venezuela. Caracas Edit. Empresa Gustenberg 1929.

P. Buenaventura de Carrocera. Misión de los Capuchinos en los llanos de Caracas. Academia Nacional de la Historia Caracas -1972 T. III.


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Manuel Ortega López

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NEGRO PRIMERO EN EL LIENZO DE LOS ARTISTAS

 

Los grandes pintores venezolanos Martín Tovar y Tovar, Arturo Michelena y Tito Salas en sus lienzos han conservado la figura legendaria de Pedro Camejo, apodado Negro Primero por ser el primero que en toda batalla atacaba con valentía a los realistas, enemigos de la independencia de Venezuela.


MARTÍN TOVAR Y TOVAR (1827–1902), por encargo de Antonio Guzmán Blanco para decorar el Salón Elíptico del Palacio Federal Legislativo en Caracas. En París, entre los años 1885-1887, pintó el monumental cuadro de la Batalla de Carabobo que tiene una dimensión de 458 metros cuadrados; debido a su enorme tamaño y complejidad, tuvo que transportarla en partes.

El mural fue instalado y finalmente inaugurado en el Palacio Federal Legislativo en 1888, convirtiéndose en una de las obras más emblemáticas de la historia del arte venezolano.

En la segunda escena del cuadro se destaca al Negro Primero, tendido en el suelo, vestido con una modificación del uniforme de los Húsares Rojos que habían desaparecido en 1819. Con polainas de cuero negro en las piernas, los pies descalzos. El rojo del uniforme y el blanco del pañuelo que lleva en la cabeza contrastan con el negro de su rostro.

A su lado yace la lanza con el tricolor patrio; a su cabeza agoniza el caballo que montaba. De su mano desfallecida cae una pistola. En el fondo, se observa al General Páez comandando la carga enfurecida de los patriotas contra el ejército español para vengar la muerte de "su antiguo émulo en bravura en cien reñidas lides".


ARTURO MICHELENA (1863–1898), por encargo del general Joaquín Crespo, pintó con óleo sobre tela su célebre obra "Vuelvan caras" en París en el año 1890. Que forma parte de la Colección Instituto Autónomo Círculo de la Fuerza Armada. Archivo de la Galería de Arte Nacional.

En el notable trabajo de Arturo Michelena, que representa a Páez y el grupo de las Queseras, en el momento de volver caras, el Negro Primero está admirable. Aparece en el primer término del cuadro, altanero y salvaje, como el caballo que sofrena, con la mano agarrada de la crin del animal. Al oír el grito de mando, el centauro ha obedecido: con la mano izquierda trata de detener al indómito animal, y fija la mirada como para ayudar al oído y obedecer prontamente a la segunda orden. El centauro está al natural, vestido con una camisa sin mangas y pantalón que le llega un poco más arriba de los tobillos, con pañuelo en la cabeza, sombrero de paja de ala extendida, los pies descalzos, y se apoya en los estribos con el dedo gordo de cada uno.

Arístides Roja escribe que el ademán del negro "es atento, sonreído, dispuesto a la terrible embestida, al choque sangriento, cuando llegue el momento de esgrimir la poderosa lanza que lleva en la mano derecha".


TITO SALAS (1887–1974). En 1921 pintó su obra "La toma de las flecheras" por encomienda del historiador Vicente Lecuna, encargado de asesorar los trabajos de restauración de la casa natal de Bolívar.

En el notable trabajo de Tito Sala, que representa a Páez y sus lanceros, en el momento de lanzarse al río Apure para tomar las flecheras de los realistas. Negro Primero aparece en el primer término del cuadro, con la lanza en su mano derecha y con la izquierda agarra la crin del caballo. El centauro está al natural, con el torso desnudo y pantalón arremangado más arriba de las rodillas, con sombrero de paja de ala extendida, los pies descalzos, y se apoya en los estribos con el dedo gordo de cada uno. El Negro está atento, dispuesto a lanzarse al río Apure para tomar las flecheras enemigas para que el ejército patriota cruce a Guárico.




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Manuel Ortega López 

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JUANA ANDREA SOLÓRZANO: UNA BIZARRA APUREÑA

Pedro Reina, Pedro y Juana, 2025


Juana Andrea Solórzano, la esposa del teniente de Caballería Pedro Camejo, conocido como Negro Primero, nació en el pueblo de San Juan de Payara, en la década del noventa del siglo XVIII. (Esto se deduce porque en el año 1846, ella se consideraba “en avanzada edad” y, para esa época, una persona que superaba los 50 años podía ser considerada de dicha edad).

Don Arístides Roja, en su Leyenda histórica El Negro I, describe a Juana Andrea como una “hermosa zamba llanera”; por esto sabemos que Juana era "hija de indio y negra, o viceversa".

En dicha Leyenda Histórica, Rojas la menciona como "Bizarra", apodo que da a entender que Juana era una mujer “valiente, intrépida, osada, audaz, esforzada”.o

Juna Andrea Solórzano como muchos ancianos, mujeres y niños, siguió al General José Antonio Páez buscando protección. Este General antes de ir a los campos de batalla dejaba bajo custodia a la emigración de mujeres, niños, ancianos y soldados heridos.

El general Páez antes refiere que antes de la batalla del Yagual, dejó en los médanos de Araguayuna, distantes dieciséis o dieciocho leguas de Achaguas. En donde Páez antes de la batalla de El Yagual dejó a las mujeres, niños y los hombres inútiles para la campaña bajo la custodia de una compañía de caballería mando del capitán Pablo Aponte.

La zamba Juana Andrea en el Ejército actuaba como tropera, cocinando para los soldados, lavando ropa, cargando armas y pertrechos para los soldados del catire Páez. También ayudaba en el cuidado de heridos y parturientas.

Juana Andrea conoció al robusto negro Pedro Camejo, cuando este hombre de “gran valor, y sobre todo muy buena lanza” se incorporó al Ejército patriota comandado por el General Páez (octubre 1816). Esto queda demostrado cuando Camejo le cuenta al Libertador Simón Bolívar que en 1813 fue a la guerra a buscar fortuna, a conseguir tres aperos de plata, para compartirlos con sus amigos Mindola y Juan Rafael y a ella no la menciona y ella no la menciona.

Este negro rudo que se lanzaba de primero dando pruebas de valor todos reñidos encuentros que tuvieron contra los realistas, por lo que fue apodado Negro primero, se enamoro de ella y logró obtener su sí y hacia el año 1818. Por el certificado del padre Julián de Santos párroco de San Fernando de Apure, no queda duda que el matrimonio se realizó en San Juan de Payara y seguro que por el cariño que Páez le tenía al negro, el día del casamiento, realizó una gran fiesta con carne asada, bebidas típicas y buena música llanera.


Diego Pérez Polania, Pedro y Juana con inteligencia artificial, 2025


Rojas en su Leyenda Histórica, escribe que “en cierta mañana: al presentarse Camejo delante de Bolívar, éste le dice:

“— ¿Es cierto que usted, para obtener el sí de Bizarra la amarró a una palma y la fustigó con doscientos azotes?

“El Negro, que no aguardaba semejante pregunta, miró a derecha e izquierda, y encontrándose entre la verdad del hecho y la indelicadeza de confesarlo, cruzó los dedos de sus manos, y formando cinco cruces exclamó:

“— Por este puño de cruces, mi General, que es mentira cuanto le han dicho respecto de Bizarra.

“Este es el juramento falso de los pueblos de Venezuela. Con el cual pudo el llanero salvarse de nuevo interrogatorio”.

Una vez leído este diálogo cabe preguntarse: ¿Estaría presente el Libertador en la boda de Juana Andrea con Pedro José Camejo? Y la respuesta es: probablemente el Libertador estuvo presente en la boda porque ese mismo año visitó Apure por vez primera, y Negro Primero “poseía la candidez del hombre en su estado primitivo y uno de esos caracteres simpáticos que se atraen bien pronto el afecto de los que lo tratan”.

En ese mismo año, a su amado esposo por ser “uno de los más valientes Defensores de la república" que en todas las batallas contra los realistas, exponiendo su vida se lanzaba de primero "con el mayor arrojo y esfuerzo hasta destruirlos y aniquilarlos, quedando en uno de ellos al rigor de una bala manco de un pie e impedido para trabajar, pero no para seguir en el servicio, en el que ha manifestado mayor voluntad no perdiendo acción en que no se presente en el ser primero en arrojar a los tiranos".

Por estos servicios la República, deliberó recompensarlo, donándole como Haber Militar el hato Chaparralito en jurisdicción hoy de El Yagual municipio Achaguas. Esta donación fue confirmada por Simón Bolívar el 4 de abril de 1821.

En San Carlos de Cojedes en los días anteriores a la batalla de Carabobo, Juan Andrea atendió a su amado esposo que se encontraba quebrantado de salud por algunas heridas recibidas en los combates y porque se le había agravado la herida del pie. (Su esposo no estaba en condiciones para combatir, pero por sobre las dolencias se impuso un doble deber: el de estar al lado de su venerado General Páez).

El 24 de junio, El Primero (como Juana lo llamaba) a pesar de su quebrantada salud combatió en la batalla decisiva de Carabobo en donde "a los primeros tiros, cayó herido mortalmente, y tal noticia produjo después un profundo dolor en todo el ejército. Bolívar, cuando lo supo, la consideró como una desgracia, y se lamentaba de que no le hubiese sido dado presentar en Caracas aquel hombre que llamaba sin igual en la sencillez, y, sobre todo, admirable en el estilo peculiar en que expresaba sus ideas”.

El 14 de septiembre de 1821, desde San Juan de Payara el General Páez le escribió al Presbítero Trinidad Travieso la siguiente carta en la que se nombra a Juana Andrea Solórzano:

“Habiéndome comunicado el Teniente Pedro Camejo las últimas disposiciones antes de su fallecimiento, el día de la gloriosa acción de Carabobo, y siéndome preciso elegir una persona de mi confianza que las ponga en ejecución, modeladas por aquel Benemérito Defensor de la Patria, comisiono a usted para este fin, bajo las siguientes instrucciones: pago de deudas y destinar parte del sobrante a sufragios. Se encargará usted de todos los bienes conocidos de la propiedad del Teniente Pedro Camejo o por donación que le hiciere el estado o por su agencia personal; y la otra parte la entregará a su esposa Juana Andrea Solórzano”.

La historia cuenta que las tierras y el ganado del hato Chaparralito, que el general Páez le había donado al Negro Primero en 1818, por su entrega a la causa de la independencia, fueron vendidas a José Miguel Mirabal. Nadie cuenta que otros bienes tenía Negro Primero, que le fuera donado el Estado o que él hubiera obtenido por agencia personal, tampoco se cuenta cuáles eran sus deudas y que «otra parte» el padre Travieso le entregó a su esposa Juana Andrea. Lo que si se cuenta es que en 1846, la viuda residenciada en San Fernando de Apure, casi tocaba “a las puertas de la mendicidad”, en 1846 que reclamó la pensión de Montepío militar.

Porque Juana Andrea Solórzano no sabía escribir firmaron las solicitudes a ruego de ella los señores C Gamarra y del señor Manuel Betancourt

Debió demostrar con testigos que era pobre de solemnidad y que vivía honradamente sin obtener otros bienes que los que le proporcionaba su trabajo personal; esto la llevó a recurrir al General Páez, quien en papel oficial que tenía un valor de “dos reales”, le otorgó el siguiente certificado:

 “Certifico que el ciudadano Pedro Camejo, se incorporó y tomó servicio en el Ejército de mi mando en esta Provincia el año de 1816, y que los continuó hasta el de 1821, que murió en el campo de Carabobo por una herida que recibió de arma de fuego en el momento del combate, y que por su valor sobresaliente mereció el acenso de Teniente de Caballería, habiendo principiado su carrera de soldado raso: Y a pedimento de la señora Juana Andrea Solórzano, viuda del citado Camejo y para fines que le convengan, le doy esta, que firmo en los Borales del Frío, el 13 de mayo de 1846”.

Con el certificado del General José Antonio Páez y los testigos comandante Miguel Pérez de 51 años de edad y el coronel Juan Antonio Mirabal de “de sesenta y pico de años”, se presentó la viuda de Camejo al Tribunal de Primera Instancia de San Fernando de Apure para pedir justicia.

En el tribunal Miguel Pérez y Juan Antonio Mirabal declararon que esta mujer que era pobre de solemnidad y se mantenía honradamente con su trabajo personal, fue legítima esposa del Teniente de Caballería Pedro Camejo, quien “murió con este grado en el Campo de Carabobo el 24 de junio del año 1821, peleando contra los enemigos de la libertad”.

Juana Andrea también recurrió al Párroco de San Fernando de Apure, el padre Julián de Santos, quién certificó que “la partida de matrimonio de Pedro José Camejo, con Juana Andrea Solórzano, no existe en el archivo de esta Santa Iglesia Parroquial. Y para los efectos que corresponde doy esta que firmo en San Fernando de Apure a 22 días del mes de Julio de 1846”.

El mismo día, en la misma hoja, el padre Santos también certificó “que algunos libros parroquiales correspondientes a la Iglesia de San Juan de Payara, que existían en este archivo de San Fernando fueron destruidos por los insectos, siendo Párroco el Venerable Juan Bernardo García”.

Los cinco folios que contienen las declaraciones y demás extremos de la ley expedidos por el juzgado de primera Instancia de San Fernando, están elaborados en papel común ordinario y tienen la siguiente nota firmada por el secretario Rosales: “Se devuelven estas diligencias a la interesada, quien apareciendo ser pobre de solemnidad no debe de abonar ningún derecho al ramo de justicia”.

Juana Andrea finalmente, formuló su solicitud ante el presidente de la República, con todos los recaudos necesarios, incluida además una carta de la junta de Montepío de San Fernando de Apure.

El 29 de marzo de 1847, el Departamento de Guerra y Marina de acuerdo a la Ley aprobada el 27 de mayo de 1845, acuerda concederle la cédula Número 327, correspondiente al grado de Teniente.

Veinticinco años después de la muerte de su valiente esposo, Juana Andrea comenzó a percibir una modesta pensión de 10 pesos mensuales. Esta cédula se reformó el 13 de julio de 1852, conforme la ley de dicho año, “y según el artículo 18 del decreto reglamentario”.

Por los documentos del Montepío militar se deduce que Negro Primero y Juana Andrea no tuvieron hijos. Por esto, se puede decir: que ambos vinieron a la tierra a cumplir una misión, y una vez cumplida, con ellos sucedió lo que decía nuestro Libertador Simón Bolívar cuando moría un héroe de la patria: “No ha muerto ni se teme que muera; pero si cesase de existir, vivirá siempre en los corazones de sus reconocidos compatriotas, y será eterno en los fastos de Venezuela”.


OBRAS CONSULTADAS:

Archivo General de la Nación. Caracas. Negro Primero. Ilustres Próceres. Tomo 14. Folio 81.

Autobiografía del general José Antonio Páez Tomo primero Colección Bicentenario Carabobo, Caracas, Venezuela, junio de 2021.

Centro de Historia del estado Trujillo 1976 Boletín Ediciones 27-30. “Negro Primero”. Enfermo acudió a combatir Pedro Camejo. M.A, Palma Labastida.

Carlos Solórzano Márquez: El Negro Primero. Caracas, 1971.

Dávila, Vicente. Diccionario Biográfico de Ilustres Próceres de la Independencia Suramericana. Caracas, Imprenta Bolívar, 1924. T. I.

Rojas Arístides, “El Negro I”. En: Machado, José, Siete estudios históricos de Arístides Rojas. Caracas, Litografía del Comercio, 1924.


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Manuel Ortega López

Cronista Oficial del municipio Pedro Camejo del estado Apure

cronistadepedrocamejo@gmail.com