NEGRO PRIMERO EN EL LIENZO DE LOS ARTISTAS

 

Los grandes pintores venezolanos Martín Tovar y Tovar, Arturo Michelena y Tito Salas en sus lienzos han conservado la figura legendaria de Pedro Camejo, apodado Negro Primero por ser el primero que en toda batalla atacaba con valentía a los realistas, enemigos de la independencia de Venezuela.


MARTÍN TOVAR Y TOVAR (1827–1902), por encargo de Antonio Guzmán Blanco para decorar el Salón Elíptico del Palacio Federal Legislativo en Caracas. En París, entre los años 1885-1887, pintó el monumental cuadro de la Batalla de Carabobo que tiene una dimensión de 458 metros cuadrados; debido a su enorme tamaño y complejidad, tuvo que transportarla en partes.

El mural fue instalado y finalmente inaugurado en el Palacio Federal Legislativo en 1888, convirtiéndose en una de las obras más emblemáticas de la historia del arte venezolano.

En la segunda escena del cuadro se destaca al Negro Primero, tendido en el suelo, vestido con una modificación del uniforme de los Húsares Rojos que habían desaparecido en 1819. Con polainas de cuero negro en las piernas, los pies descalzos. El rojo del uniforme y el blanco del pañuelo que lleva en la cabeza contrastan con el negro de su rostro.

A su lado yace la lanza con el tricolor patrio; a su cabeza agoniza el caballo que montaba. De su mano desfallecida cae una pistola. En el fondo, se observa al General Páez comandando la carga enfurecida de los patriotas contra el ejército español para vengar la muerte de "su antiguo émulo en bravura en cien reñidas lides".


ARTURO MICHELENA (1863–1898), por encargo del general Joaquín Crespo, pintó con óleo sobre tela su célebre obra "Vuelvan caras" en París en el año 1890. Que forma parte de la Colección Instituto Autónomo Círculo de la Fuerza Armada. Archivo de la Galería de Arte Nacional.

En el notable trabajo de Arturo Michelena, que representa a Páez y el grupo de las Queseras, en el momento de volver caras, el Negro Primero está admirable. Aparece en el primer término del cuadro, altanero y salvaje, como el caballo que sofrena, con la mano agarrada de la crin del animal. Al oír el grito de mando, el centauro ha obedecido: con la mano izquierda trata de detener al indómito animal, y fija la mirada como para ayudar al oído y obedecer prontamente a la segunda orden. El centauro está al natural, vestido con una camisa sin mangas y pantalón que le llega un poco más arriba de los tobillos, con pañuelo en la cabeza, sombrero de paja de ala extendida, los pies descalzos, y se apoya en los estribos con el dedo gordo de cada uno.

Arístides Roja escribe que el ademán del negro "es atento, sonreído, dispuesto a la terrible embestida, al choque sangriento, cuando llegue el momento de esgrimir la poderosa lanza que lleva en la mano derecha".


TITO SALAS (1887–1974). En 1921 pintó su obra "La toma de las flecheras" por encomienda del historiador Vicente Lecuna, encargado de asesorar los trabajos de restauración de la casa natal de Bolívar.

En el notable trabajo de Tito Sala, que representa a Páez y sus lanceros, en el momento de lanzarse al río Apure para tomar las flecheras de los realistas. Negro Primero aparece en el primer término del cuadro, con la lanza en su mano derecha y con la izquierda agarra la crin del caballo. El centauro está al natural, con el torso desnudo y pantalón arremangado más arriba de las rodillas, con sombrero de paja de ala extendida, los pies descalzos, y se apoya en los estribos con el dedo gordo de cada uno. El Negro está atento, dispuesto a lanzarse al río Apure para tomar las flecheras enemigas para que el ejército patriota cruce a Guárico.




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Manuel Ortega López 

Cronista oficial del municipio Pedro Camejo del estado Apure

cronistadepedrocamejo@gmail.com

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