LA IMAGEN DEL NAZARENO DE ACHAGUAS



Se cuenta que encontrándose acampado en Achaguas, el General José Antonio Páez tuvo un sueño con el Nazareno, a quien hubo de verle tal como si aquel fuese el mismo mártir que en Jerusalén protagonizó la sublime y santa tragedia de la pasión y de la crucifixión, finalizada en el Gólgota.

Páez, en el sueño se sintió sobrecogido, asombrado! Pero el Nazareno, lleno de suavidad y dulzura le tranquilizó y con palabras llenas de ternura le dijo que deseaba regalara una imagen suya a la población de Achaguas. El General Páez, prometió al Nazareno cumplir fielmente sus sacros deseos y antes de partir al campo de Carabobo, ofreció a la población de Achaguas una Imagen del Nazareno, con el fin de lograr la victoria en pro de la independencia de Venezuela. Efectivamente en el año 1833, Páez ordenó la elaboración de la imagen al Artista de origen Español José de la Merced Rada.

Rada talló la Imagen del Nazareno de 1.80 metro de alto, en madera, cubierta con una fina capa de yeso, la cara, las manos y los pie, también talló la cruz de 2.70 metros, en su palo mayor y 1.40 en el palo menor, con un espesor de 7 x 12,5 cm. Al Nazareno de Achaguas lo acompaña Simón Cirineo, también tallado en madera, un poco más pequeño y artísticamente con las mismas características.

Cuando en 1835, la sagrada imagen vino de España, Páez, al verla se quedó sorprendido, porque aquella escultura era exactamente igual a la del Nazareno visto en su sueño, y dijo al momento: “Parece que hubiera sido yo el escultor de esta imagen, porque en realidad es tal como le vi en mi sueño! Esto es prodigioso! Asombroso! Es el Nazareno en persona y no su imagen!”

Y desde entonces, la Imagen Nazareno se encuentra en la Iglesia de Achaguas a la cual el miércoles Santo de cada año acuden miles de personas a rendir culto a esa imagen que expresa el dolor, el sufrimiento de esa cara martirizada y al mismo tiempo de perdón, bondad y ternura propia de nuestro señor Jesucristo. Son muchas las formas de postrarse ante la imagen del Nazareno de Achaguas, unos convierten el momento en un verdadero Apamate o bosque de Orquídeas, llevando vestimentas de color morado y púrpura, tanto hombres como mujeres; otros caminan descalzos, de rodilla, cargando pesadas creces, imágenes,  entro otros.

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