YARUROS O PUMÉ
YARUROS
O PUMÉ: son
un grupo indígena independiente, superviviente de un horizonte
primitivo de cazadores y recolectores, transcultuaralizados a través
del tiempo; que vive en las márgenes de los ríos Arauca, Cunaviche,
Capanaparo, Cinaruco y Meta. Se estima que actualmente son unos 5500.
Viven de la caza, la pesca, la agricultura, labor pagada de diversos
tipos y artesanía. Tienen un idioma y religión distintos, aunque
algunos se han convertido al cristianismo.
En las crónicas españolas aparecen como Saruros, Jaruros, Zavuros y Yaruros; según parece Yaruro o Jaruro es la palabra con que los guahibos conocen a esta gente, porque entre ellos mismos se denominan con el vocablo de Pumé.
Durante la colonia no se establecieron misiones para los yaruros, y según el Gilli, éstos iban al a las misiones otomacas para ser bautizados. Entre los misioneros tuvieron la reputación de ser demasiado salvajes para ser evangelizados.
De este pueblo las informaciones sobre el hábito de vida y costumbre, es de época reciente.
El fundamento de la subsistencia de los yaruros está en la pesca, la caza y la recolección, aun cuando tienen una agricultura de subsistencia (topocho, yuca, maíz, etc.). Son expertos cazadores con arco y fleca, de las especies que abundan en los ríos apureños, respetando algunas, como la tonina, por motivos de tabú religioso. La baba y la tortuga son gustosamente comidas. Las tareas de la recolección o siembra son llevadas a cabo por las mujeres y proporcionan elementos adicionales para la dieta diaria.
En
cuanto a la cultura material se puede decir que es bastante escasa y
se reduce a: coladores, mapires, abanicos, chinchorros de moriche,
algunas canoas, pocas cerámicas muy rusticas (tinajas, pimpinas,
budares, tazas, platos, etc.), algunas bateas, poca vestimenta, unos
cuantos instrumento, tal como corresponde a grupos pequeños, con
hábitos semi-nómadas y una forma de vida muy especializada.
La
cultura espiritual de los Pumé es por el contrario bastante rica:
consideran que el paso por la vida, no es más que una breve
transición hacia una vida futura, en la tierra de la diosa-madre
Kuma, creadora de todas las cosas existentes. Hay quienes atribuyen
sin embargo el papel de diosa- madre a otro personaje femenino
llamada India Rosa o Xarexoañi, que a veces se confunde con Kuma o
se le presenta como “hermana menor”. La India Rosa es una figura
que no tiene muy claro su origen, parece haber surgido con la
influencia de la religión Católica entre los yaruros. Otros dioses
son Itchiai, el tigre o jaguar, que creó el agua de los ríos;
Puana, la serpiente, que creó la tierra y el hombre, Kiberon, o
diablo femenino; Hatchawa, hijo y nieto de Kuma, Puaná e Itchiaí,
es el salvador del hombre. Todas estas divinidades y los mitos y
nexos que lo relacionan con los seres humanos constituyen el mundo
religioso del Yaruro, cuya ceremonia más notable es la tonghe, noche
ritual o ceremonia del Chamán (brujo o Piache). En esta ocasión,
bastante frecuente, se produce una comunión espiritual del piache,
quien durante su intervención bebe cierto carato (atol), fuma
constante hojas de una planta llamada “carambá”, o sobre yopo.
Su canto es coreado por los demás participantes en la ceremonia y,
en ciertas ocasiones, el grupo llega a bailar rítmicamente, formado
dos círculos concéntricos, uno de hombres y otro de mujeres.
La
base de la organización social Yarura es el matrimonio entre primos
cruzados. Las dos únicas clases de mujeres con la que se puede
casarse legalmente el hombre Yaruro son las hijas de los hermanos de
su madre y las hijas de las hermanas del padre. Se considera incesto
casarse con sus hermanas, madres, hermanos de la madre, las hijas de
los hermanos del padre y las hijas de las hermanas de la madre. La
monogamia es la regla general, pero ocasionalmente puede existir la
poligamia y la poliandria.
Los
yaruros son individuos pequeños, de color oscuro y con notables
rasgos mongoloides. Sus rostros son macizos, anchos y con frecuencia
se nota la presencia del pliegue ocular mongoloide. La altura media
de los hombres es de 1.60 m. y de las mujeres de 1.47. Da la
impresión de que las cabezas son más grandes que de lo ordinario si
se compara con el cuerpo. La contextura corporal es ligera, y los
hombres y mujeres poseen pequeñas y bien formadas manos y pies. El
cuerpo es relativamente lampiño. Poseen fuertes dientes, que al
parecer, conservan hasta muy avanzada edad.
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