Cuando
en junio de 1820, comenzaron las negociaciones del armisticio
propuesto por Morillo a Bolívar, varios comisionados españoles
fueron enviados a los diversos campamentos del ejército patriota.
Estaba Páez en San Juan de Payara cuando en el mes de agosto se
presentó como comisionado de Morillo el Teniente Coronel Jalón: y
aunque Páez, al enterarse de los oficios, contestó que él no podía
como subalterno entrar en negociaciones, quiso ser cortés y
hospitalario con su huésped, a quien invitó para que le acompañase
a almorzar.
Uno
de los cuidados de Páez fue que el Negro Primero se presentara bien
calzado, pues no le parecía bien que siendo uno de los centauros de
su guardia más cercanos a su persona, apareciera descalzo. A duras
penas consiguiéronse medias y zapatos para el indómito centauro en
San Juan de Payara.
Cuando
llegó la hora del almuerzo y apenas se había sentado el Coronel
Jalón al lado de Páez acompañado de los oficiales más
distinguidos del estado mayor, cuando Negro Primero queriendo hacer
gala del desprecio que le inspiraban aquellos zapatos se los quitó,
y llevándolos en una de las manos, cruzó de un extremo a otro de la
sala donde tenía efecto el almuerzo.
“Aquella
escena tan grotesca —escribe Arístides Rojas—, como inesperada
motivó prolongada hilaridad, de la cual Páez supo sacar partido
para entretener a su huésped acerca de las costumbres del llanero,
desgraciado, en la generalidad de los casos, el día en que abandona
sus hábitos, su pampa, su caballo, su libertad”.
Dicho
armisticio fue firmado por Morillo y Bolívar, en el mes de
diciembre, en la ciudad de Trujillo, por este tratado se suspendían
las hostilidades por el término de seis meses.
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